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Robbie Williams: 30 años de trayectoria, 20 de Rock DJ y nuevo álbum

Para Ana Karen, presente en uno de los mejores momentos de mi vida.

La primera vez que escuché a Robbie Williams no sabía quién era. Tenía 12 años. Era mi graduación de la primaria, y aunque mi inglés no era el mejor, ya era capaz de entender letras de canciones muy sencillas. Obviamente yo estaba enamorada de un chico. La escuché y me identifiqué: “I just wanna feel, real love, feel the home that I live in, ´cause I got too much life, running through my veins, going to waste.” Incluso una niña, casi una adolescente, fue capaz de sentirse identificada con una canción tan aparentemente inocente: “Before I fall in love,

I’m preparing to leave her.” Estábamos a punto de ir a escuelas distintas, por supuesto que la impotencia me invadía: Al fin me enamoraba de alguien a quien posiblemente jamás volvería a ver.

Mi cultura musical no era muy amplia, pues hasta ese momento de mi vida, el poco “capital cultural” del que disponía estaba basado en los gustos de mis vecinos quienes, gracias a su “espíritu de comunidad” (eufemismo para exaltar su poco respeto al prójimo), nos deleitaban a todos los vecinos con el ruidoso estruendo de todo lo que se les antojara escuchar. Para fines prácticos, todo lo que yo sabía en ese momento se basaba en lo que mis ruidosos vecinos querían que yo supiera (si alguno de ustedes me está leyendo, saludos).

Este momento fue una revelación, porque entendí que existía más música, lejos de los sonidos tropicales y gruperos a los que estaba (y sigo) acostumbrada. Me preguntaba, ¿quién cantará esa canción?

Antes (a riesgo de sonar como del siglo pasado), no había forma de saber quién cantaba algo que tenías la oportunidad de conocer. Si tenías suerte de volver a escuchar la canción, significaba que era un éxito del momento y eso fue lo que ocurrió con “Feel”: así conocí a Robbie Williams, un cantante inglés muy sensual, de ojos verdes y sonrisa espectacular.

Conseguí un DVD pirata con sus éxitos más sonados: “Feel”, “Angels”, “Millenium”, “Let me entertain you”, “Old before I die”, “Better Man”, y por supuesto, “Rock DJ”. Estoy segura de que que quien haya vivido su adolescencia o infancia a principios de este siglo, conoce esta canción, quizá es uno de los éxitos que nos tiene aquí, recordando a este ídolo. La canción era pegajosa, pero parte de su fama también se debe a que el video fue vetado por promover el canibalismo (que en realidad promovía la vorarefilia, es decir, el deseo erótico por ser comido por otras personas. Hasta en esa interpretación se quedaron cortos).

Robbie Williams: Los inicios

Robbie Williams se dio a conocer, como varios cantantes de las décadas de los 80´s y 90´s, en una boyband llamada Take That, considerada la más importante después de The Beatles. Este éxito fue tan rotundo, que Robbie empezó con problemas de adicción antes de los 20 años, pero al rehabilitarse, a los 23 años inició una exitosa carrera como solista con el lanzamiento de Life thru a lens.

Sus canciones describían el espíritu de cualquier adolescente de la época y sus problemáticas, como la inquietud del primer amor que llega en contraste con el primer amor que se va. Reflejaba una profunda idealización del amor visible en figuras religiosas, como en “Angels”, inquietud plagada de esperanza y un solo mensaje: “No estamos solos, el amor está para salvarnos.” Sin duda, a los autores románticos alemanes y españoles les habría encantado conocerlo.

Esta canción fue tan sobresaliente, que existen varias versiones interpretadas por cantantes como Jessica Simpson, David Bisbal (por separado y un dueto en español e inglés interpretado por ambos), Yuridia (en inglés y español), incluida una en español que en realidad no podría considerarse una traducción, sin embargo la música es la misma, interpretada por el propio Williams.

I've Been Expecting You

En este disco se vislumbra a un Robbie que se aproxima a la madurez que aborda temas más complejos, como el desamor, pero sobre todo el terrible trance del desapego que es provocado al tener que olvidarse del ser amado en la frase: “Tell me a story, where we all change, And we’d live our lives together,
and not enstranged
”, desencadenado por el terrible argumento para terminar la relación: “todos cambiamos”.

Quizá lo más interesante del disco es que parece la segunda etapa del enamoramiento: Mientras el primer álbum refleja la emoción al reconocimiento de nuevas sensaciones y sentimientos, las letras de éste reflejan el apego total como en “She is the one”: “I was her she was me, we were one we were free”; pero también el desengaño: “I don’t want to hate but that’s all you’ve left me with a bitter aftertaste and a fantasy of
how we all could live
” (No quisiera odiar, pero es todo lo que me dejaste: un amargo sabor y una fantasía de como todo pudo haber sido).

Sing when you´re winning

Este álbum es considerado por varios críticos, su momento de mayor esplendor musical, el momento clave cuando Robbie demostró que no sólo era un “ex boyband”, sino un músico capaz de dominar cualquier género, un verdadero reto para cualquier cantante. El género que predomina es el swing, y al estar conformado, en su mayoría, por covers, la intención era homenajear a los grandes ídolos del cantante, como Frank Sinatra, de quien también hay una colaboración. Otros cantantes que participaron en la grabación son Jane Horrocks. Kylie Minogue, Jon Lovitz,  Rupert Everett y Jonathan Wilkes,

Escapology

Es el salto de un álbum que aludía a lo clásico y recatado a uno tan experimental y apasionado, y es que hay que tener en cuenta que un músico dedicado plenamente a la balada romántica, en esta ocasión sorprendió con tintes rockeros (como en “Monsoon” o “Handsome man” y “Song 3”). Fue el disco número 1 en casi todos los países de Europa, su debut en el mercado asiático y el que lo catapultó como estrella internacional en América Latina.

Aquí notamos a un Robbie cantante, pero también un hombre que nos habla sobre las delicias y dificultades de ser un músico famoso:

I’ve sung some songs that were lame
I’ve slept with girls on the game
I’ve got my Catholic shame
Lord I’m in purgatory
Basically it’s all come-on talk for me

En canciones como Love Song, Feel y Sexed up, nos quedó claro que Robbie añoraba la sensación de estar enamorado. Es notable un Robbie solitario, ávido por el amor de una mujer:

When there’s no-one to touch
And you’ve been thinking too much
You only hurt yourself when you think
About retribution

Cuando no hay nadie a quien tocar
y has estado pensando demasiado tiempo
tu eres el único que sufre cuando piensas
en el castigo.

Pero también es un hombre deprimido, desencantado de su realidad, con pequeños guiños de esperanza. Quizá esta es la clave del éxito de este álbum: el escucha se siente realmente identificado con la decadencia emocional al entender que el mundo, como nos lo presentaron, no es más que una farsa, que éste mismo no es nadie ni tiene algo de qué sentirse orgulloso:

So unimpressed, but so in awe
Such a saint, but such a whore
So self-aware, so full of shit
So indecisive, so adamant
I’m contemplating, thinkin’ about thinkin’
It’s overrated, just get another drink

No estoy impresionado, pero tan impresionado
Soy un santo, pero un cualquiera
Tan consciente de mí mismo, pero lleno de mierda
Tan indeciso, pero tan firme
Contemplo, pensando
Sobreestimado, pido otro trago

Intensive Care

El título del álbum ya anticipa la terrible agonía de un enfermo de nostalgia y depresión, alguien que está cerca de la muerte (lo que sea que esto signifique) y se pregunta por la existencia de Dios. “Make me pure” es la oración de un “alma descarriada” que le pide a Dios ser mejor persona, “ser más puro”, con la paradoja de no estar dispuesto a hacer un cambio trascendental en su vida: “Oh Lord, please make me pure… But not yet”; “Adversiting space”. Estas alusiones religiosas, que no son raras en sus canciones, también son claras en “Sin, sin, sin” (traducido como pecado, pecado, pecado).

Tripping”, el sencillo más sonado de este álbum, alcanzó el top 10 en la mayoría de los países de Europa.

Rudebox

Intensive Care había elevado las expectativas de manera considerable, por lo que la siguiente producción fue ansiosamente esperada y mal recibida por la crítica. Fue aquí donde perdí el rastro de mi cantante favorito, por lo que tuve que cambiar de ídolo, incluso de gustos.

Actualidad… The Heavy Entertainment Show

Robbie vuelve de entre las tinieblas a deleitarnos con una nueva producción discográfica con un toque totalmente retro, que fue presentado en su totalidad a partir del 4 de noviembre, aunque uno de sus sencillos sonaba desde mayo.

Este álbum no me decepcionó en lo absoluto (quizá esto se debe a que mis expectativas ya eran bajas con el antecedente de Rudebox), pues tiene todo lo que un disco de aniversario debe tener: Esta producción recopila de estilos de varios discos que el cantante grabó a lo largo de su trayectoria, es ecléctico al reunir varios estilos musicales, como el swing, pop, electrónico, incluso arreglos instrumentales muy claros en “Party like a rusian” letra casi tan irreverente como el video, no exento de elegancia y excentricidad, muy características de Williams (por favor, amor mío, que no te vuelvan a censurar por burlarte de tus vecinos). No hago spoiler, sólo escuchen.

Siempre quise la oportunidad de hablar de uno de los cantantes que más han marcado mi formación musical, y no quería terminar el año / mes / década, sin hacerlo. Felicidades, Robbie Williams. Reto desbloqueado.

 

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Sol Girón

Username: Soledad Morrison

Sol Girón. Egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y con una pretenciosa licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas, se ha dedicado a la docencia, al marketing digital y a la gestión de redes sociales. Le interesan la política, la moda, el transcurrir del tiempo y los universos paralelos, los temas de género; es memera de corazón y sarcástica por vocación. Melómana empedernida, amante de la narrativa contemporánea, del café y de toda la cultura vanguardista. No tiene algo más original que ofrecer más que historias desequilibradas y faltas de sentido.

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