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¡Porque el rock nunca muere! 40 años de distorsión de Back in Black de AC/DC

Bon Scott y Angus Young

El 25 de julio de 1980 se publica uno de los discos más emblemáticos de la banda australiana AC/DC: Back in Black. El grupo se encontraba de luto por la muerte de su vocalista Bon Scott, sucedida el 19 de febrero de ese año, luego de llevar una vida de excesos con el alcohol y las drogas. A finales de febrero los hermanos Angus y Malcolm Young, líderes del grupo, se encontraban en shock y sin saber qué hacer con miras al futuro, por lo que el padre de Scott fue quien los alentó a seguir, expresando que ese sería el deseo de su hijo.

La pérdida del integrante motivó la búsqueda de un vocalista. El elegido fue el británico Brian Johnson, no para imitar la voz de Scott; sino porque poseía la energía que el grupo deseaba irradiar y la facultad de forjar su propio sello en la voz.

Antes de integrarse a AC/DC, la vida de Johnson fue muy dura. Venía de una familia de la clase trabajadora y se desenvolvía en un taller automotriz. Con dificultades económicas, una casa hipotecada y dos hijos, en sus ratos libres cantaba en un grupo llamado Geordie, el cual tuvo la oportunidad de alternar en algunos escenarios con el proyecto pre AC/DC de Bon Scott, Fraternity. Esto permitió que Brian Johnson figurara en el radar del grupo.

Con algunos materiales que ya tenían iniciados, deciden para su séptimo álbum contratar al productor Robert “Mutt” Lange, responsable de Highway to hell, el último disco grabado con Scott y que representaba en ese momento la cumbre de AC/DC, de modo que necesitaban a alguien de confianza para que pudiera orientar el estilo que requerían con Brian Johnson.

Back in black: El inicio de una nueva era del rock

El disco fue grabado en las Bahamas bajo muchos obstáculos, ya sea por el clima o las fallas eléctricas que sucedían con frecuencia, por lo que parte de esa furia y ansiedad queda plasmada en los acordes de los hermanos Young y la batería de Phil Rudd.

La portada es un claro homenaje para el vocalista fallecido, y así lo hacen ver desde la canción que abre el disco: Hells bells. Las campanas dan ese cierre simbólico al duelo del grupo. La letra describe todo ese proceso de despedida a alguien que llevó su vida a los límites, pero que siempre estuvo consciente de ello. Por lo tanto, AC/DC deja claro en esta canción que, sin importar lo que hagamos o pensemos, todos vamos a morir en algún punto.

Back in black, la homónima del disco, es la carta fuerte de presentación del nuevo AC/DC, y así nos lo deja saber: “Back in black, I hit the sack, I’ve been to long I’m glad to be back, Yes I am, let loose from the noose, that’s kept me hanging about, I kept looking at the sky cause it’s getting me high, forget the hearse cause I’ll never die.”

¿Cuántos no han hecho un air guitar con el riff característico de esta canción o han imitado un headbanging al estilo de Angus Young? Ha sido tanta su repercusión en la cultura popular, que es de las canciones que ostenta más covers, incluso en otros géneros musicales.

 

En canciones como Shoot to thrill o You shook me all night long muestran el sello que más adelante forjará Brian Johnson, ya que reflejará en algunas letras su gusto por las carreras de automóviles; pauta para una excelente dupla con Angus Young al remarcar la velocidad, riffs estruendosos y dosis de adrenalina.

El rock: Un estilo de vida

Rock and roll ain’t noise pollution es una apología al rock. Desde su formación con Scott, el grupo no fue bien recibido en muchos países al ser catalogados como satánicos o provocadores. En Nueva Zelanda no aceptaban tocar su música porque era una “contaminación” para la juventud. La respuesta a ello fue esta canción que cierra el disco: Heavy decibels are playing on my guitar, we got vibrations coming up from the floor, we’re just listening to the rock, that’s giving too much noise. Inmediatamente, otros músicos tomaron esa pieza como un puerto seguro en el que el rock no sólo era un pasatiempo, sino una estilo de vida. Esto permitió una mayor aceptación del género en diversas partes del mundo y que las disqueras confiaran más en firmar con bandas de rock, por el impacto que estaban teniendo sus giras.

Una de las cosas que podría explicar el estruendo de Back in Black es que para el mercado estadounidense resultaba más amena la figura y estilo de Brian Johnson y olvidaron los excesos de Bon Scott, que muchas veces opacaba la música de AC/DC, aspecto que a los promotores no les generaba la confianza suficiente emprender giras en parte del mundo. En pocas semanas lograron vender millones de discos, siendo a la postre uno de los álbumes más vendidos en la historia, con 50 millones de copias, sólo por detrás de Thriller de Michael Jackson.

Su herencia musical

Slash, James Hetfield u Ozzy Osbourne lo consideran un disco que le dio una nueva cara al rock. AC/DC ha estado en contra de hacer baladas porque consideran que les quitan energía y euforia a los conciertos. En ese tenor, uno de los propósitos de hacer riffs muy oscuros y estruendosos también fue una crítica al ambiente londinense de impulsar lo acústico en el rock, que terminó adhiriéndose al glam metal.

AC/DC le mostró al mundo otra manera de disfrutar la música, ya que salieron de la rutina de poner en el centro de la creación la letra para que la música se fuera tejiendo en ella; por el contrario, para el grupo australiano solo acompaña ese sonido duro, ensordecedor, ríspido. Podría decirse que una de las grandes aportaciones de Back in Black es una pequeña llama que se propaga velozmente en el espíritu de todo melómano, que no ve al rock como una moda, sino una forma de ver y sentir el mundo.

Username: Alberto González
Alberto González Pérez

Es Maestro en Pedagogía de la FFyL (UNAM), dedicándose a la docencia e investigación de modelos educativos. Le atraen temas como la filosofía, la literatura iberoamericana, las narrativas sonoras y el cine.

Desde que asistió a su primer concierto de rock a los 13 años se ha declarado melómano de vocación, por lo que se ha vuelto una de sus adicciones junto al café, el chocolate, caminar por las calles que no tienen nombre y disfrutar del silencio de la luna.

Insoportablemente interesado en reflexionar sobre el impacto de la música en la vida cotidiana. El sarcasmo y el misterio son sus mantras.

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