Recientemente Sony y Microsoft para hacer su aguinaldo con nuestros bolsillos han anunciado el lanzamiento de la nueva generación de consolas: el Playstation 5 y el Xbox Series X/S. La principal promesa que las dos compañías han hecho es el tener el poder de una PC (Master Race) en una consola y poder correr (¡por fin!) los juegos a 60 FPS. El discurso publicitario es muy bonito y esperanzador, ¿pero en serio es posible? Veamos las especificaciones.
¿Quién piensa más rápido? En cuanto a la potencia de del CPU, las Series X tienen 8 núcleos de 3.8 GHz, mientras que PS5 también tiene 8 núcleos pero de 3.5 GHz. Ahora, en cristiano: el procesamiento del “cerebro” de ambas consolas es muy rápido y bastante similar entre sí. Y sí, las Xbox son ligeramente más rápidas.
Lo relevante y la promesa: la GPU (unidad de procesamiento gráfico, por sus siglas en inglés). En este punto, Xbox supera a la consola de Sony. Las Series X alcanzan los 12 TFLOPS (52 CUs a 1.825 GHz) que dejan atrás los 10.28 TFLOPS (36 CUs a 2.23GHz) de las PS5. Sin embargo, aunque son más TFLOPS, la velocidad a la que se procesan las unidades de computación (CU) “compensa” la balanza. Microsoft le apostó a procesar más unidades un poco más lento, mientras que Sony optó por menos unidades a más velocidad. Ambas consolas apuntan a transmitir una calidad de imagen 4K a 60 FPS. La ventaja real de Xbox en el apartado gráfico se encuentra en los juegos multiplataforma, al menos teóricamente.