Han pasado 8 meses desde el 29 de febrero, el día del Apagón. Cada uno ha encontrado formas para sobrevivir en esta nueva normalidad, buscando refugio y comida, y a la vez, huyendo de los que te los quieren quitar. Después de perder la mitad del grupo en la trampa del panteón, encontramos un teatro abandonado que podría ser nuestra nueva guarida. Debemos inspeccionarlo antes de poder dormir a salvo. En donde hace meses había artistas, ahora hay una macabra sinfonía de aleteos de cientos de murciélagos, de escenografía hay una gruesa capa de guano que evita que toquemos el piso. Si no se hubiera acabado el mundo no estaríamos usando estos cubrebocas para no respirar el veneno.