Se manifiesta en los últimos pensamientos que tienes antes de dormirte, en ese momento último del contemplar.
En ojos de hombres cansados que han trabajado toda su vida para sostener una familia.
Las señoras católicas lo evidencian cuando hablan del bien y del mal.
Es el origen de todos los miedos.
Está en el discurso del seductor de masas, de mujeres. Ahí dentro, dicta los rumbos.
Se ve muy claramente en los ojos avaros del apostador.
También es tiránico y pone a las personas a correr en círculos toda su vida.
Moldeado por siglos y siglos de civilización. Sutil. Transparente. Innegable. Entras a tu cuarto, permaneces en él. Habitación cuadrada. Imagina habitaciones-espirales, redondas, modulares, ovaladas.
Está en la mujer policía que ama con rabia a su hombre policía.
Tiene que ver con lo que dijo Bukowski, de que la muerte de la gente es una farsa porque en realidad ya no le queda nada que pueda morir.
La publicidad llena de frases malhechas es su hija. Más bien su bisnieta.
La mente humana siempre está preguntando y direccionando. Este objeto ¿cuánto vale?, ¿origen?, ¿desensamble? Y si detienes tus pensamientos por veinte minutos, habrás logrado callarle un rato.
Como una luz blanca que guía las grandes decisiones
que nos han llevado a la danza nuclear…
Se la ve caminar por el mundo, desconectada del infinito…

Username: Adrián Alejandro Martínez
Hidalguense de 28 años, aficionado al rock y a la poesía.
Le gusta viajar a la montaña y zonas boscosas.
Considera que una clave para vivir en estos tiempos biológicamente complicados es que te importe, y que no te importe.
«Si escribes en este siglo y pareces del XIX, estás frito».